Este exquisito pan de molde casero nos da muchas satisfacciones en sandwiches, escalibadas o simplemente con un poco de mantequilla. La miga aromática y densa, plena de sabor, compensa el trabajo que tiene.
Para realizar la masa madre:
- 50 gr. agua
- 25 gr. levadura fresca
- 1 cucharada miel de abeja
- 150 gr. harina de fuerza
Para la masa de pan:
- 600 gr. leche semidesnatada
- 25 gr. levadura fresca
- 850 gr. harina de fuerza
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 cucharadas soperas de sal
- 50 gr. de mantequilla punto pomada
- 25 gr. de semillas de sésamo blanco
Por cada kilo de harina de fuerza, 650 gr. de leche y agua, y 50 gr. de levadura fresca.
1. En primer lugar preparamos la masa madre, para lo que amasamos en un bol los ingredientes hasta formar una bola de masa bastante seca.
- 50 gr. agua
- 25 gr. levadura fresca
- 1 cucharada miel de abeja
- 150 gr. harina de fuerza
Para la masa de pan:
- 600 gr. leche semidesnatada
- 25 gr. levadura fresca
- 850 gr. harina de fuerza
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 cucharadas soperas de sal
- 50 gr. de mantequilla punto pomada
- 25 gr. de semillas de sésamo blanco
Por cada kilo de harina de fuerza, 650 gr. de leche y agua, y 50 gr. de levadura fresca.
1. En primer lugar preparamos la masa madre, para lo que amasamos en un bol los ingredientes hasta formar una bola de masa bastante seca.
2. Amasamos aparte los ingredientes de la masa de pan, estirando y empujando hasta conseguir una buena bola de masa.
3. Calentamos agua (no debe hervir) y la ponemos en un vaso alto (podemos utilizar el vaso de la batidora, y calentar en microondas). Introducimos la masa madre y tras cinco o diez minutos flotará con las burbujas de la fermentación, momento en que la incorporaremos a la masa de pan y seguimos amasando.
4. Tras amasar bien, estirando y empujando con energía, colocamos la basa en un lebrillo, lo tapamos con film transparente y la dejamos reposar una hora (hasta que doble su volumen), en un lugar oscuro, sin corrientes de aire y donde no haga demasiado frío (por ejemplo, un armario).
5. Engrasamos un molde de pan de molde grande con aceite de oliva y rociamos de sésamo, que se quedará pegado a las paredes del molde.
6. Volcamos la masa sobre la superficie de trabajo enharinada, y, sin amasar demasiado, formamos un cilindro. A continuación colocamos el cilindro en el molde, tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar la masa una hora más, bien resguardada de las corrientes de aire y la luz.
7. Precalentamos el horno a 220º.
8. Humedecemos la masa con un pulverizador de agua, rociamos de sésamo y metemos en el horno sin manipular demasiado.
9. El pan tiene un tiempo de horneado que depende del tamaño de las piezas. Un pan grande como éste (un kilogramo de harina) debe cocinarse durante 60 minutos, pero con fuego sólo desde abajo: 20 minutos a 220º y 40 minutos a 180º.
Sugerencia: Puede ponerse un pequeño bol refractario con agua en el interior del horno y además, de vez en cuando, rociar el pan con un pulverizador de agua. Es el truco para que quede una corteza con brillo y bien crujiente.
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