martes, 28 de febrero de 2012

Carpe Diem



«Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
fienm di dederint, Leuconoe, nec Babilonios
temptaris numeros. Ut melius quicquid erit pati!
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrenum, sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: CARPE DIEM, quam minimum credula postero.»


«No busques el final que a ti o a mí nos tienen reservado los dioses (que por otra parte es sacrilegio saberlo), oh Leuconoé, y no te dediques a investigar los cálculos de los astrólogos babilonios. ¡Vale más sufrir lo que sea!
Puede ser que Júpiter te conceda varios inviernos, o puede ser que éste, que ahora golpea al mar Tirreno contra la rocas de los acantilados, sea el último; pero tú has de ser sabia, y, mientras, filtra el vino y olvídate del breve tiempo que queda amparándote en la larga esperanza. Mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa: aprovecha el día de hoy, y no pongas de ninguna manera tu fe en el día de mañana


La biografía de Horacio merece colocarlo en el panteón de los héroes. Quinto Horacio Flaco (Venosa, Italia, 65 a. C. – Roma, 8 a. C.), nació en una familia humilde, de procedencia esclava. Su padre era liberto y, con gran esfuerzo, le proporcionó una educación muy refinada para su posición social, que Horacio aprovechó con gran brillantez, a pesar de las barreras sociales.


En su madurez llegó a ser la mayor gloria de las letras de aquellos días, frecuentando la mesa del emperador y gozando de la protección del millonario Mecenas, su mejor amigo en la madurez, junto al que fue enterrado. Sus poemas eran recitados en todos los rincones del Imperio, auténticos himnos “pop” de enorme repercusión social.

A él debemos este precioso poema, de plena actualidad. Extraígamos al día todo su jugo.


[el dibujo es de Caspar David Friedrich "Las ruinas del monasterio en la nieve"]


A Horacio -buen amigo de sus amigos- le hubiera agradado

dedicar este poema a un amigo, y así lo hago yo,

que lo recuerdo a la memoria de JLML, que nos dejó estos días

para siempre...

aunque siempre nos parezca mucho tiempo.

lunes, 20 de febrero de 2012

Alubias pintas con longaniza

En este plato he combinado dos productos estupendos: unas alubilas "morillas" de Alhama de Granada, que compré en la venta de la Alcaicería, camino de peña Maroma, y una longaniza de Calatayud (Zaragoza) que nos trajo mi cuñada Maleni. Hay que defenderse de estos fríos...


- ½ Kg. Alubias pintas (remojadas desde la víspera).
- 1 cabeza de ajos.
- 1 tomate.
- 1 pimiento verde.
- 1 cebolla.
- 2 longanizas.
- Agua.
- Sal.
- Dos hojas de laurel.
- Pimienta negra.


1. La cabeza de ajos se asa directamente sobre el fuego (si tienes cocina de gas), o se tuesta en una sartén “en seco” (si sólo tenemos electricidad). También se puede añadir directamente 'en crudo' con el resto de las verduras.

2. Colocamos todos los ingredientes en una olla a presión, cubriendo con agua. Añadimos una cucharadita de sal y media de pimienta, y ponemos a cocinar. El guiso debe cocer 20 minutos desde que comienza la presión.

3. Abrimos la cacerola, “pescamos” el pimiento, la cebolla, los ajos y el tomate, los pelamos y los trituramos bien, con un poco de caldo de cocción. El laurel se desecha.

4. Incorporamos al guiso la verdura triturada y probamos las alubias para comprobar la sal y su punto de cocción. Si necesitan ablandarse más, las “asustamos” con un poco de agua fría y las mantenemos a fuego muy lento hasta que queden tiernas, vigilando que no se nos peguen.

martes, 14 de febrero de 2012

Scones


Sonará a cursilada, lo sé, pero esta receta ha sido un regalo para mi chica, que lleva tiempo con antojo de tarde de té / café con 'scones', buen recuerdo de nuestro viaje a UK. 'Sweet and happy Saint Valentine day'.



(con esta receta resultan aproximadamente 8 scones de buen tamaño)

- 1 huevo.
- 25 gr. azúcar.
- 50 gr. mantequilla (punto pomada).
- 75 cl. leche (un poco más para pintar).
- 200 gr. harina de trigo.
- 10 gr. Levadura Royal.
- Una pizca de sal.

1. La levadura se mezcla bien con la harina en seco y se reserva.

2. Mezclamos el huevo con la mantequilla y el huevo, batiendo enérgicamente con unas varillas. Incorporamos la leche y la sal.

3. Añadimos la harina, cuidando de no amasar demasiado (la podemos mezclar con un tenedor, para no añadir calor a la masa). Dejamos reposar la masa en la nevera durante 30 minutos.

4. Cubrimos la superficie de trabajo con harina y extendemos la masa con un rodillo (incluso con la mano), cuidando no manipularla demasiado, hasta conseguir una pasta de 2 centímetros de espesor, que plegaremos para formar una masa de 4 centímetros de grosor.

5. Cortamos los ‘scones’ con un cortapastas redondo y los colocamos en una bandeja cubierta con papel de horno. Los restos y recortes nos pueden servir para formar una bola, que, una vez aplastada y plegada según lo indicado en el punto anterior, nos servirá para hacer dos o tres unidades adicionales.

6. Pintamos con un poco de leche.

7. Precalentamos el horno hasta 200 grados.

8. Horneamos durante aproximadamente 15 minutos, procurando que no se doren demasiado por encima (podemos quitar la parte de arriba del horno durante los cinco minutos finales).

9. Se sirven con té, mermeladas y “clotted cream” (difícil de encontrar fuera de UK, pero se puede imitar montando nata doble sin azúcar, hasta pasarla de batido, a punto de convertirse en mantequilla).

sábado, 11 de febrero de 2012

Pan




En los últimos meses han aparecido en todos los supermercados los paquetes de harina de fuerza y la levadura fresca, señal de que la gente se está animando a hacer pan en casa. No compensa económicamente, pero está realmente bueno y aguanta tierno varios días, nada que ver con las barras industriales que se ven en las tiendas, que duran veinte minutos.







Para realizar la masa madre:

50 gr. agua
10gr. levadura prensada fresca
1 cucharada sopera de miel de abeja
110 gr. harina de fuerza

Para la masa de pan:

490 gr. agua
40 gr. levadura prensada fresca
540 gr. harina de fuerza
2 cucharadas soperas de sal

Por cada kilo de harina de fuerza, 540 gr. de agua y 50 gr. de levadura fresca.

1. En primer lugar preparamos la masa madre, para lo que amasamos en un bol los ingredientes hasta formar una bola de masa bastante seca.

2. Amasamos aparte los ingredientes de la masa de pan, estirando y empujando hasta conseguir una buena bola de masa.

3. Calentamos agua (no debe hervir) y la ponemos en un vaso alto (podemos utilizar el vaso de la batidora, y calentar en microondas). Introducimos la masa madre y tras cinco o diez minutos flotará con las burbujas de la fermentación, momento en que la incorporaremos a la masa de pan y seguimos amasando.

4. Tras amasar bien, estirando y empujando con energía, colocamos la basa en un lebrillo, lo tapamos con film transparente y la dejamos reposar dos horas (hasta que doble su volumen), en un lugar oscuro, sin corrientes de aire y donde no haga demasiado frío (por ejemplo, un armario).

5. Volcamos la masa sobre la superficie de trabajo enharinada, y, sin amasar demasiado, formamos bolas lisas, a las que daremos formas de barras o bollos.

6. Colocamos el pan sobre la bandeja del horno engrasada o forrada de papel de hornear. Los panes deben reposar a continuación durante 30 ó 40 minutos, en sitio resguardado de las corrientes de aire y la luz, hasta que vuelvan a tomar más volumen.

7. Precalentamos el horno a 220º.

8. Realizamos unos cortes de 1 cm. de profundidad en los panes, y espolvoreamos ligeramente con harina.



9. El pan tiene un tiempo de horneado que depende del tamaño de las piezas. Un pan grande como el de la foto debe cocinarse durante 45 minutos: 20 minutos a 220º y 25 minutos a 190º.






Sugerencia: Puede ponerse un pequeño bol refractario con agua en el interior del horno y además, de vez en cuando, rociar el pan con un pulverizador de agua. Es el truco para que quede una corteza con brillo y bien crujiente.

domingo, 5 de febrero de 2012

Ensalada de Col




La honrada col o berza, esa verdura de invierno que tantas hambres ha quitado en España, cada día es menos protagonista de nuestras mesas. Mi madre hacía mucho esta ensalada, sobre todo en enero o febrero, para acompañar cocidos, migas o guisados. Una preparación muy interesante.






- 1 col.
- 1 naranja.
- 3 dientes de ajo.
- Sal.
- Pimienta negra.
- Aceite de oliva.
- Vinagre de Jerez.
- Agua.

1. La col se pica, desechando los tallos, y se lava muy bien.

2. Escaldamos un minuto en agua hirviendo bien salada. Dejamos enfriar.

3. Cortamos los ajos en láminas y freímos en aceite bien caliente.

4. Montamos una vinagreta con ralladura de naranja, sal, aceite, vinagre y pimienta, emulsionando con un tenedor.

5. Servimos la col con los ajos fritos y la vinagreta por encima.