domingo, 28 de febrero de 2010

Lomo en aceite

Una receta antigua que ha actualizado estupendamente mi amigo Óscar López, a quien está dedicada esta entrada. Él ha introducido los conceptos de la conserva en aceite limpio, el corte fino y la sal maldon. Yo he añadido las hierbas aromáticas y la pimienta, que impregnan de aroma la preparación. A mis niñas les encantó...

- Un trozo de cinta de lomo de cerdo, de aproximadamente 1 Kg.
- Aceite de oliva virgen.
- Hojas de Laurel.
- Pimienta negra (en grano y molida).
- Romero.
- Sal fina.
- Sal maldon.


Debemos tener preparados frascos para conserva.

1. Cortamos el lomo en trozos regulares no muy pequeños. Para tener una referencia, en un trozo de a kilo nos saldrán unos seis trozos. Salpimentamos.

2. En una sartén donde puedan caber todos los trozos, freímos en aceite de oliva a temperatura media, cuidando de que no se quemen ni queden demasiado cocidos.

3. Vamos colocando en frascos de conserva, procurando que queden bien justos (para gastar menos aceite).

4. Añadimos a los frascos ramas de romero fresco, hojas de laurel y un puñado de granos de pimienta negra, y cubrimos con aceite de oliva limpio hasta rellenar totalmente el envase. Podemos utilizar una parte del aceite frito, procurando colar y desechar el que haya quedado turbio.

5. El lomo debe “madurar” en el aceite al menos una semana.

6. Cuando vayamos a consumirlo, se debe sacar de la nevera un par de horas antes de la comida. Se sirve en láminas muy finas sobre las que se colocan escamas de sal maldon y chorritos del aceite de conserva.

7. Unos pimientos fritos o un tomate raf pueden ser el acompañamiento perfecto.

sábado, 20 de febrero de 2010

Marmita japonesa de langostinos


Mis amigos conocen bien mi admiración por la cocina japonesa, y esta sopa es mi interpretación del «Nabe mono» que comen en millones de hogares del Japón muchos días de la semana. Básicamente es una sopa con una base de caldo de pescado donde se cocina por infusión los ingredientes crudos que uno quiera: salmón, dorada, marisco, tofu, verduras, setas; y todo aromatizado con cítricos, miso y salsa de ostras. Realmente fácil y muy sabrosa.

- 3 langostinos por persona.
- ½ puerro.
- ½ cebolla.
- 1 litro de caldo de pescado blanco.
- 100 gr. fideos precocidos de arroz o trigo.
- Salsa de ostras.
- Salsa Miso.
- Cáscara de limón.


1. Pelamos los langostinos y los cortamos longitudinalmente para extraerles la tripa.

2. Cortamos muy finos el puerro y la cebolla.

3. Cortamos dos o tres tiras de cáscara de limón por persona, lo más finas que sea posible, cuidando de que no quede parte blanca de la corteza.

4. En un cuenco vamos colocando, por este orden, un poco de puerro y cebolla en el fondo, una pizca de cáscara de limón y tres langostinos. Todo en crudo. Pintamos los laterales del cuenco con media cucharadita de miso y media de salsa de ostras. Encima de todo, distribuimos un puñado de fideos.

5. Llevamos a ebullición un caldo de pescado blanco que habremos preparado con cabezas y espinas de dorada, rape, lubina o merluza, con un poco de cebolla, zanahoria, granos de pimienta negra, aceite y sal.

6. Tras llenar los cuencos con el caldo muy caliente y taparlos con un plato, la marmita se podrá servir tras cinco o diez minutos de reposo.

domingo, 14 de febrero de 2010

Edward Hooper

(Nyack, EEUU, 1882 - Nueva York, EEUU, 1967)

«Chair car», 1965.

¿Nunca habéis estado en la cafetería de un aeropuerto o en una estación de tren, y os ha parecido que estábais dentro de un cuadro de Edward Hooper? A mí me ha pasado muchas veces, sobre todo si está anocheciendo y los últimos rayos de sol entran casi horizontales por las ventanas.




«Corn Hill», 1930.



Esa chica que repasa su agenda en el portátil, al final de la sala, el vendedor con el nudo de la corbata desanudado y con la mirada perdida en el vacío, los reflejos fríos de la luz en el acero.

«Morning sun», 1952.

Muchos críticos han comentado que Hooper es el pintor de la soledad del hombre contemporáneo (en realidad, de la mujer, que sitúa casi siempre en el punto focal de la mayoría de sus obras).




Salas de espera, barras de bar vacías, habituaciones de hotel, paisajes con mansiones aisladas en una naturaleza transformada…

Es posible que sea así. A a mi básicamente me fascina la fuerza de evocación de sus cuadros, y la humanidad de los personajes, sobre los que se podría escribir un relato con inicio en la escena de la pintura.


«Nighthawks», 1942.

lunes, 8 de febrero de 2010

Rodaballo al horno

Con estas cantidades resulta un plato principal para 4 personas. Intentad que el pescado no os quede muy pasado, puesto que puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

- 1 Rodaballo (de unos 1,5 Kg).
- Medio calabacín.
- 1 cebolla.
- Sal.
- Aceite de oliva.
- Pimienta blanca.
- 1 limón.
- Tomillo limonero.
- ½ vaso de vino blanco.
- ½ vaso de agua.


1. Pediremos al pescadero que corte la pieza en cuatro tajadas regulares.

2. Precalentamos el horno a 180 grados.

3. En el fondo de la bandeja podemos el medio calabacín cortado en tiras, desechando el corazón, la cebolla picada, zumo de limón, vino, agua y tomillo limonero (o tomillo normal).

4. Salpimentamos las piezas de pescado, las colocamos en la bandeja y rociamos con aceite de oliva virgen.

5. Se cocina durante 15 minutos en el horno a 180 grados.

Un buen puré de patata sería un acompañamiento estupendo para este plato.