Este capricho vienés, verdadera delicia para los golosos, se convertirá en la protagonista de la celebración donde aparezca su brillo negro y aromático. La complejidad del reto la hace apta sólo para regalar el paladar de los amigos más queridos.
Para el bizcocho:
- 6 huevos (separaremos
las yemas de las claras).
- 130 grs. de chocolate de cobertura.
- 130 grs. de mantequilla.
- 130 grs. de harina de trigo.
- 200 grs. de azúcar.
- 1 sobre de levadura química (‘Royal’).
- Esencia de vainilla.
- Una pizca de sal.
Para el relleno:
- 1 bote de mermelada de Albaricoque.
- ½ vaso de agua.
Para la cobertura:
- 200 grs. de chocolate negro para cobertura.
- 200 grs. de nata para montar.
- Una pizca de sal.
- Para preparar el bizcocho, comenzamos derritiendo
el chocolate al baño maría y, una vez derretido, añadimos la mantequilla hasta
que se funda. Apartamos del fuego y añadimos las yemas batiendo enérgicamente
para evitar que se nos cuajen. Vertemos el chorrito de esencia de vainilla y
reservamos.
- Ahora montamos las claras con el azúcar con unas
varillas eléctricas. Debe quedar una mezcla espumosa, pero sin llegar a la
consistencia del merengue.
- Añadimos las claras a la mezcla reservada del
chocolate con ayuda de unas varillas o una espátula, siempre con movimientos
envolventes y de abajo hacia arriba, para evitar que el chocolate quede en el
fondo.
- A continuación mezclamos aparte los ingredientes
secos, la harina, la levadura y la sal, y los vamos incorporando a cucharadas a
la masa líquida, con movimiento también envolventes. La masa debe quedar fina y
sin grumos.
- Encendemos el horno para precalentarlo a 160
grados.
- La masa se vuelca en un molde bien engrasado, de
aproximadamente 20 ó 25
centímetros de diámetro.
- Horneamos la masa durante 60 minutos
aproximadamente, a 160 grados, vigilando que no se queme (si se oscurece por
arriba, debemos bajar la temperatura a 150 grados e incluso apagar la parte de
arriba).
- Dejamos reposar el bizcocho durante media hora, para que se enfríe,
y lo desmoldamos en una rejilla.
Decoración y montaje
- Cuando el bizcocho esté bien frío, realizamos dos
cortes con un cuchillo de sierra largo, para sacar tres planchas (si la parte
de arriba no ha quedado bien, podemos descartar una parte).
- Cogemos tres cucharadas de mermelada y la ponemos en
un cuenco o recipiente apto para microonda junto con el medio vaso de agua.
Calentamos y removemos, hasta conseguir un almíbar con el que vamos a pintar el
bizcocho de manera generosa.
- Una vez bien empapado, repartimos una capa de
mermelada de albaricoque encima. Tapamos con la plancha siguiente plancha y
repetimos la operación, así hasta acabar con las 3 planchas de bizcocho.
- Colocamos un rato la tarta a medio terminar en el
congelador (de esta manera la cobertura fraguará mucho más rápidamente).
- A continuación preparamos la crema de chocolate con
la que cubriremos la tarta. Para ello ponemos la nata a calentar en un cazo y,
cuando comience a hervir, retiramos del fuego y añadimos el chocolate y la sal,
removiendo constantemente hasta que se disuelva y obtengamos una mezcla
homogénea.
- Dejamos reposar unos 10 minutos y refrigeramos
durante 30 minutos, removiendo la crema un par de veces mientras enfría. Debe
quedar con la consistencia de un sirope, brillante y fácil de manejar.
- Ahora se coloca la tarta sobre una rejilla y bajo
ella una bandeja o plato grande para recoger el exceso de chocolate (preparados
para mojar los dedos, je, je.).
- Vamos vertiendo poco a poco y con paciencia la
cobertura de chocolate sobre la tarta. Lo mejor es dejar que cubra la tarta sin
tocarla, para que quede lisa y brillante. Se puede mover el bizcocho con
movimientos circulares sobre los bordes, para que el chocolate caiga sobre los
laterales cubriéndola totalmente.
- La tarta debe asentarse
en la nevera al menos 12 horas, y debe dejarse atemperar al menos una hora
antes de servirse.