Un clásico de la cocina malagueña, realmente fácil de hacer y con resultados fantásticos. En mi casa siempre se comía como segundo plato de un gazpachuelo, no me preguntéis por qué.
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750 gr. Magro de cerdo (limpio
y cortado en trozos no muy pequeños).
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1 cebolla.
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2 dientes de ajo.
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1 copa de fino de Jerez o de Montilla.
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1 kg. de
tomate triturado o 6 tomates madures rallados.
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Una cucharada de azúcar.
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Aceite de oliva virgen.
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Sal y pimienta negra.
- 2 hojas de laurel.
1.
En la olla a presión freímos la carne bien salpimentada en medio vaso de aceite.
Añadimos la cebolla bien picada, y minutos después, los ajos también picados.
2.
En la misma cacerola, añadimos el laurel y un vaso grande de vino blanco seco
(se puede sustituir por un botellín de cerveza). Cerramos la olla y dejamos
cocinar 20 minutos desde que comienza la presión.
3.
Para finalizar, tras reducir la presión, incorporamos el tomate triturado, el
azúcar y rectificamos de sal y pimienta. Cocemos durante unos 10 minutos o
hasta conseguir una salsa reducida.