El otro día me dio por cocinar esta receta, cogiendo ideas de algunos platos que he visto hacer últimamente. No os extrañéis de la lechuga, el contraste amargo y ácido funciona muy bien, y en el Imperio Romano era muy común usar esta hortaliza en guisos.
Para
la salsa romesco:
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250 gr. de tomate maduro pelado.
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100 ml. de aceite de oliva virgen extra.
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3 dientes de ajo.
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1 rodaja de pan tostado.
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50 gr. de almendras tostadas.
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25 gr. de avellanas tostadas.
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1 cucharadita de pimentón de Murcia.
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1/2 cucharadita de carne de pimiento choricero o ñora.
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3 cucharadas de vinagre de Jerez.
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1/2 cucharadita de pimienta blanca.
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Sal.
Para el
guiso de lechuga:
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1 cebolla grande.
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1/2 lechuga tipo Iceberg.
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El zumo de medio limón.
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Aceite de oliva.
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Sal y pimienta.
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Caldo de pescado.
Para
preparar el pescado:
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4 rodajas de rape.
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Aceite de oliva.
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1/2.cucharadita de pimentón de Murcia.
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4 hojas de laurel.
1.
Comenzamos a preparar la salsa romesco friendo los ajos en aceite (que
reservaremos para hacer el rape). A continuación batimos todos los ingredientes
citados, rectificando de sal y vinagre, y añadiendo algo de agua si nos queda
demasiado espesa.
2.
Picamos la cebolla y la rehogamos con sal y pimienta en aceite de oliva, hasta
que esté muy hecha. En ese momento añadimos la lechuga picada, un poco de zumo
de limón y media taza de caldo de pescado muy reducido. Cocinamos hasta que
quede tierna.
3.
Precalentamos el horno a 200 grados.
4.
En el aceite donde hemos frito los ajos añadimos las hojas de laurel para que
dejen su aroma. Añadimos fuera del fuego media cucharadita de pimentón dulce.
5.
Salpimentamos las piezas de pescado, las pintamos con este aceite y las horneamos
durante 7 u 8 minutos.
6.
Se sirven en platos templados, con el romesco y el guiso de lechuga de fondo, y
sobre ellos el pescado, que rociaremos con un poco de su jugo de horneado y pimienta recién molida.
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