sábado, 11 de diciembre de 2010

El fusilamiento de José María de Torrijos

«Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en la Playa de San Andrés de Málaga», Antonio Gisbert, 1888.


Hoy se cumplen 179 años del fusilamiento de José María de Torrijos, que se produjo el 11/12/1831, muy cerquita de mi casa, en la playa de San Andrés de Málaga.



La historia de este militar madrileño, héroe de la Guerra de la Independencia, defensor de la causa liberal frente al absolutismo, siempre me ha parecido un ejemplo de lo mal que hemos tratado los españoles a nuestros mejores hombres, y en su momento fue el paradigma de la vida del hombre romántico, cuyo final supo mostrar el pintor alicantino Antonio Gisbert en esta obra realmente impresionante.



En el aniversario de este hecho luctuoso, y aprovechando también que El Prado ha colgado el cuadro en el lugar de privilegio que merece, me he decidido a publicar esta entrada con un especial recuerdo para el autor, uno de los grandes pintores del siglo XIX.



Gisbert recibió el encargo del cuadro en 1885 y, al decir de sus contemporáneos, se tomó tan en serio su trabajo que decidió abandonar París, su lugar de residencia, y desplazarse hasta Málaga para documentarse sobre el suceso y sus protagonistas.



Fruto de estas pesquisas fueron las reproducciones de los trajes de los ajusticiados sin justicia, así como la fisonomía auténtica de los principales protagonistas, que pudo extraer de retratos familiares y testimonios de sus amigos. La dignidad y la serena tensión de los personajes son el mejor testimonio de admiración que pudo darles el pintor.



Estoy seguro de que tomó bocetos del natural, puesto que en el cuadro están la Sierra de Mijas, cuya silueta preside el paisaje de la costa oeste de Málaga, la Iglesia del Carmen, que en esas fechas se podía ver desde la orilla del mar, y el antiguo convento de San Andrés -hoy casi en ruinas- que daba nombre a la playa.



La ampliación del puerto y la reurbanización del sector sur del Perchel (antiguo Bulto) han destruido para siempre el paisaje que fue testigo y protagonista de la escena, que es recordada en la plaza situada al final de la Av. Ingeniero García Garnica con una sencilla cruz de hierro y un poco de la arena de la antigua playa -hoy cubierta de asfalto- donde expiraron estos héroes.

3 comentarios:

Jose A. Sencianes Ortega dijo...

Julián, pude ver este cuadro en el museo municipal y me impactó muchísimo... me recordaba a las películas de Tim Burton por lo oscuro, lo dramático y la atmosfera gris tan bien conseguida. Una pena que en Málaga se siga destruyendo el patrimonio histórico para levantar moles de cemento y paseos marítimos. Así no va... abrazos

Julián Muñoz Ortega dijo...

Pues yo también lo vi allí la primera vez y me quedé de hielo. Desde que lo restauraron para la amplicación del Prado (está colgado bajo los Jerónimos) he ido a "visitarlo" dos o tres veces, y creo que la mirada de los héroes me acompañará siempre... Un abrazo.

Antonio Doblas dijo...

Julián: lo acabamos de ver en Madrid y es, efectivamente, una pasada. Uno de los cuadros más impactantes que hemos podido contemplar. Situarlo en el Prado da idea de su categoría, internacionaliza a su autor y enfatiza las circunstancias históricas que rodearon su elaboración, pero habría estado mejor que se hubiera quedado en Málaga