Esta receta del norte de Europa es realmente fácil y acompaña estupendamente un té o un café en medio de los rigores del invierno. A mi me recuerda las tartas que volvían loco al oso Yogi, el personaje de la 'Hanna-Barbera' de nuestras infancia.
Para la pasta quebrada:
- 150 gr. mantequilla, punto pomada.
- Una cucharadita de sal.
- 300 gr. harina.
- Agua fría.
- Ralladura de medio limón.
Para el relleno:
Mermelada, a ser posible de una fruta de sabor ácido. La preparación de la foto lleva mermelada de lima y de membrillo.
1. Montamos la pasta quebrada, mezclando bien todos los ingredientes juntos, con una cucharada de agua, sin amasar demasiado. Debe reposar media hora en la nevera, espolvoreada con harina.
2. Mientras calentamos el horno, extendemos la pasta, y cubrimos con ella un molde, a ser posible desmoldable (debemos reservar un poco de masa para la tapa). La pinchamos para que no suba y cocemos en el horno durante 10 minutos.
3. A continuación se retira la base de la tarta del horno y se deja enfriar un poco antes de rellenarla con la mermelada que hayamos elegido.
4. Los recortes de masa se amasan, se estiran con el rodillo y se cortan en tiras de uno o dos centímetros de grosor, que vamos colocando sobre la superficie de la tarta, formando una rejilla.
5. El pastel se termina de hornear durante media hora más, a 180 grados, con el horno bien precalentado, vigilando de vez en cuando para comprobar que no se cocine demasiado.
6. Se sirve templado o a temperatura ambiente.
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