Este tipo de pastel puede hacerse con cualquier tipo de ingrediente que pueda aportar sabores intensos y textura agradable. El contraste de las setas con la cebolla y el queso es muy interesante.
Para la pasta brisa:
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150 gr. de harina de trigo.
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75 gr. de mantequilla.
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1 gr. de sal.
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4 cucharadas de agua.
Para el relleno:
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1 cebolla.
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5 huevos.
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400 gr. de setas (las que tengamos, champiñones, setas cultivadas, o Boletus edulis, si podemos conseguirlos, se puede añadir una cucharada de 'salsa tartufata' para hacer un pastel de lujo).
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100 gr. de queso rallado, a ser posible de oveja curado (payoyo, manchego, zamorano,
burgalés o de Ronda).
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Sal y pimienta.
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Aceite de oliva.
1.
La cebolla se corta en juliana y se sofríe con aceite de oliva, sal y pimienta,
muy lentamente, hasta que quede con un color dorado y textura melosa. Se
reserva, desechando el exceso de aceite.
2.
En otra sartén sofreímos las setas picadas y salpimentadas.
3.
Montamos la pasta brisa, mezclando bien todos los ingredientes juntos, sin
amasar demasiado. Debe reposar media hora.
4.
Mezclamos la cebolla y las setas con los huevos y el queso.
5.
Extendemos la pasta brisa, bien fina, y cubrimos con ella un molde, a ser
posible desmoldable. Pinchamos con un tenedor por toda la masa, para evitar que
suba al hornerla.
6.
Añadimos por encima el relleno.
7.
El pastel se hornea durante media hora a 170 grados, con el horno bien
precalentado, cuidando de que no se queme.
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